Carta a un amor fatigado por la lucha, los desencuentros y la mala suerte

Mucho hace por mi cuando se asoma y a veces más cuando está lejos. Vivo al borde de lo suyo aunque destrosa. Claro está, en esta manía presurosa de jugar al escondite que ni usted está lista pal futuro ni yo para arriesgarme. Los besos de hotel que aquella vez no pudo darme los sacudió una camarera impertinente. Es que este amor del todo intermitente sabe a risas enlatadas y a lágrimas de otros.

Poco queda hacer por el presente si el pasado a sido en vano y el futuro un sueño muerto. Ni usted tiene el corazón abierto ni yo el alma organizada. Tire al cielo sus venganzas, ponga un beso donde quiera, y suene al borde del delirio, que vendrán lágrimas colirio pa´ quitar el rojo de sus labios impregnado en la memoria y en alguna que otra parte.

Besos.

Ricardo
lesterfibla
Sígueme

Deja un comentario